La noticia que conmocionó a las comunidades Lesbico, Gay, Bisexuales, Transexuales, Trasvestis y Trasgénero, llegó el pasado fin de semana, cuando una de las defensoras más estimadas del gremio fue cobardemente asesinada y abandonado su cuerpo en un paraje de Atlixco, precisamente en el lugar en donde sus amigos fotógrafos tomaron algunas de las poses cuyas fotografías compartió con todos nosotros.
Agnes Torres Sulca, nuestra amiga, fue objeto de la mayor villanía de la que puede ser objeto un ser humano, porque además de torturarla y exhibir su sexo, fue asesinada.
No repetiré lo que se dijo, ni que hubiera tenido esto o aquello, porque era mi amiga y como tal, debo pedir justicia y en su caso sumarme a la voz de protesta por el artero asesinato.
Únicamente de ella puedo decir que era una persona, que deseaba y amaba ser mujer, que nació distinto a sus deseos pero que hizo todo lo posible por ser quien era, defendiendo en todo momento el derecho que tiene el ser humano de asumirse como cree que es y no como la naturaleza le impuso. Así, Agnes decidió ser mujer y su orientación sexual femenina la llevó al extremo, se enfrentó a un mundo neófito y carente de tolerancia, para morir de manera ruin, cobarde y sobre todo... sobre todo... inhumana, porque su asesinato fue un crimen de odio.
Como tributo publico algunas de sus fotografías cuando llena de vida, nos brindó su amistad.